Vladi Jr. exige su lugar entre grupo de relevo con un arranque de MVP

El béisbol observa hoy sin asombro la versión de Vladimir Guerrero Jr., que de adolescente enloqueció a los escuchas, que en solo tres temporadas destrozó el pitcheo de ligas menores y asombró a fanáticos y periodistas al punto de forzar su aterrizaje en el Big Show con 20 años recién cumplidos.

Guerrero Jr., les pega fuego a las Grandes Ligas, FanGraphs lo coloca como líder en victorias sobre jugador reemplazo (WAR) en las Mayores con 2.4, su aporte ofensivo es 92% por encima de la media de la MLB, solo detrás de Mike Trout (98%), y si las votaciones al MVP fueran hoy sería un serio candidato al premio.

El inicialista de los Blue Jays acumula una impresionante línea ofensiva de .331/.444/.632 en promedios de bateo, embasarse y extrabases; ayer pegó dos jonrones para llegar a 15, suma 39 remolcadas, 37 anotadas, 10 dobletes y, en momentos en los que hay licencia para hacer swing, tiene más boletos (30) que ponches (29).

Esto a pesar de que algunos perdieron la paciencia con un debut en 2019 no a la altura de otros fenómenos de su generación y un recortado 2020 donde le costó levantar los batazos. Olvidan que solo tiene 22 años, que antes de esta campaña solo había jugado 183 juegos, que cobra el salario mínimo y que no será agente libre hasta 2026.

La barra alta

Su llegada en abril de 2019 con alfombras rojas y un despliegue mediático con escaso precedentes tenía la presión adicional de un elevado listón colocado por fenómenos de su generación como el venezolano Ronald Acuña (que explotó en 2018) y sus compatriotas Juan Soto (2018) y Fernando Tatis (2019).

Cuando el nacido en Montreal ha jugado casi un tercio de temporada (46 juegos) las estadísticas destinadas a ver más allá de la superficie explican la mejora. En 2019 (en 123 partidos) hizo swing al 28% de lanzamientos fuera de la zona de strikes, un porcentaje que bajó hasta el 19%.

Otro dato de Baseball Info Solution que refleja cuánto ha madurado en el home es que en 2019 hacía swing al 47% de los pitcheos que veía y lo ha reducido hasta el 43%. El porcentaje de rodados ha bajado del 54% de sus batazos hasta el 47% y de elevados subió del 27% al 36%, lo que explica su aumento en jonrones.

El efecto Junior

Era un consenso que las 272 libras que cargaba en sus 6’2 pies hasta 2020 impactaban en el desempeño de Guerrero, quien pesaba 210 cuando Toronto le dio US$3,9 millones en 2015.

Junior Rodríguez, un preparador físico y nutricionista que ha trabajado con Erick Aybar, Ketel Marte, Maikel Franco y Ramón Laureano, sacó un diagnóstico más profundo cuando evaluó a Vlady Jr., en septiembre pasado, luego de que el pelotero lo contactó y solicitó sus servicios.

“Había muchas brechas y en término general y físicamente hablando había limitaciones, disfunciones, que aunque Vladi retomara su peso ideal de cuando estaba en las menores como quiera iba a tener limitaciones en el juego, y esas destrezas los iban a arropar”, dijo Rodríguez en una entrevista con el Toronto Star.

“Es lo que nadie veía. Era mucho más que sobrepeso”, dijo Rodríguez, que se movió del gimnasio en que labora en Arroyo Hondo y se estableció por casi dos meses en Don Gregorio, Peravia, para transformar a Guerrero.

Fue un trabajo de cuatro sesiones a la semana de 90 minutos, cada una, que terminó recortando 30 libras y el porcentaje de grasa desde un 30% hasta un 22%, en un régimen alimenticio con abundancia de vegetales y porciones medidas, que sacó el alcohol, dulces, comida frita, soda y exigía irse temprano a la cama con comunicación frecuente a través de un grupo de WhatsApp.

 

Fuente: Diario Libre