Cronología de la muerte de Yuniol Ramírez

De acuerdo con la cronología elaborada por el Ministerio Público (MP), la muerte del catedrático no fue un “hecho aislado” ya que todo inició el 19 de junio de 2017 cuando Yuniol, en su condición de abogado, solicitó al exdirector de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), Manuel Antonio Rivas, la entrega de documentaciones correspondientes a las unidades de autobuses reconstruidas por esa institución desde el año 2012 al 2017.

No obstante, las informaciones nunca le fueron entregadas, lo que motivó a Yuniol a depositar un recurso de amparo ante el Tribunal Superior Administrativo el 20 de septiembre del mismo año.

En vista de la acción tomada por el abogado, el exdirector de la OMSA contactó a Argenis, quien según el MP era una persona de su entera confianza ya que fungía como su “asesor especial” y gerente de supervisión general de la institución, para buscar una “solución” al conflicto que había surgido.

Para estos fines, Rivas también contacto a Faustino Rosario Díaz, exdirector financiero de la OMSA, y a Eddy Rafael Santana Zorrilla, exsuplidor de la empresa, quienes también se prestaron para llegar a un acuerdo económico con la víctima con el fin de que “se pagara lo que fuera necesario para resolver la situación”.

El 4 de octubre  Zorrilla se reunió con el catedrático en el restaurante Cienfuegos del hotel Jardines del Embajador, donde Yuniol le expresó que “retiraría la demanda si se le entregaba la suma de RD$2 millones y US$100 mil” de los cuales los dos millones eran para las supuestas personas que le mandaron a introducir el recurso de amparo y los cien mil dólares para él y su equipo de trabajo.

Sin embargo, el exfuncionario le explicó a Yuniol que “el monto era mucho” por lo que sólo le podía dar RD$4 millones para que “guardara silencio”.

Y así lo acordaron, dos días después se encontraron en la Estación de Combustible Texaco donde Argenis miraba desde su vehículo el encuentro y constataba la entrega del efectivo. Zorrilla le entregó a Yuniol un millón de pesos prometiéndole que el dinero restante le sería entregado luego de que desistiera de la demanda.

El 11 de octubre Argenis llegó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde el catedrático impartía docencia, y lo llamó diciéndole que “quería hablar con él”.

Momentos después de que la víctima entrara a la camioneta Argenis le disparó en la cabeza y huyó con su cadáver, de acuerdo con las evidencias recolectadas en un video de seguridad obtenido por el MP.

Víctor Elisander Ravelo Campos, “El Herrero”, también imputado y quien coordinó con Argenis el ocultamiento del cuerpo sin vida de Yuniol y la verificación de los elementos de pruebas que podrían inculparlo.

Luego, José Antonio Mercado Blanco, “El Grande”, se trasladó junto con Argenis a la cañada Arroyo Varía en Manoguayabo, donde antes de lanzar el cadáver al agua lo amarraron con cadenas, candados y bloques de cemento.

Después el imputado contactó a Lilian Francisca Suarez quien a su vez habló con Juan Díaz Agüero para que guardara el vehículo en su casa, donde fue abandonado.

Posteriormente, Heidy Carolina Peña, esposa de Argenis, recibió las instrucciones para que ocultara la pistola en su habitación.

Un día después de haber cometido el hecho Argenis compró un ticket aéreo con destino a Miami, Estados Unidos, presuntamente para “evadir la justicia dominicana”.

De acuerdo con una comunicación enviada por el Departamento Deportaciones a la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), Argenis fue deportado de los Estados Unidos el pasado 2 de febrero en un vuelo federal.

Inmediatamente el imputado llegó al país el titular de la PEPCA, Wilson Camacho, oficializó su arresto y Argenis trasladado a la cárcel preventiva ubicada en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva mientras el MP lo interroga.

El pasado jueves, la PGR solicitó un año de prisión preventiva como medida de coerción a Argenis contra quien pesan acusaciones de asesinato, ocultamiento de cadáver, asociación de malhechores y corrupción administrativa.

Deja una respuesta